El concierto número 62 de Silvio, que marcaba el cierre de su intensa y larga gira por los barrios, no podía pedir mejor colofón que contar con la presencia de unos hombres que escribieron la Historia con su hazaña de resistencia.
Desde casi el mismo comienzo, ya se podía adivinar que Silvio tendría que cantar El Necio, una canción que parecía hecha para ellos, que se convirtió en una suerte de himno, un canto a la dignidad de cinco hombres que se negaron a arrodillarse incluso bajo las más duras presiones.