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Shadow


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¿Alguna vez han besado a un perro muerto? Yo sí. Sé que puede sonar asqueroso pero quizá lo entiendan cuando les explique que el perro que besé tenía solo tres meses de vida al morir y era mi mascota.
A Shadow lo adoptamos a inicios de junio. Su madre había dado a luz en mayo a una camada de nueve  cachorritos en los bajos de nuestro edificio. Por suerte no era una perra agresiva y no ponía mala cara a los niños del barrio que se acercaban a admirar a los recién llegados.
No poco después, ya los chiquillos se habían repartido los perritos, aunque en realidad no tenían intenciones de llevarlos para sus casas. Los perros satos (mestizos) siempre han estado en desventaja frente a los de raza a la hora de conseguir un hogar, pero nunca fui de las que discriminan en ese sentido. De hecho, aún recuerdo con cariño a Choqui, un sato que fue mi mascota por más de diez años.
El caso es que Alejandrito heredó mi pasión por los animales, y se había encaprichado en uno de los perritos (uno bien feo por cierto) que tenía la colita afectada por la sarna al cual lo mismo llamaba Toby que Pánfilo. Mi hijo empezó a pasar el día entero con aquellos animalitos, y yo veía en sus ojos la petición que no se atrevía a hacerme.

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Una tarde inolvidable


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Hay momentos inolvidables, de esos que quedarán convertidos en anécdotas que contaremos con orgullo a nuestros nietos cuando seamos viejitos…y ayer fue uno de esos.

Gerardo Hernández Nordelo, Héroe de la República de Cuba, estuvo en la Redacción de Juventud Rebelde en compañía de su esposa Adriana.

Fue la mejor tarde que recuerdo desde que comencé a trabajar en el Diario de la juventud cubana, todos risueños, felices, emocionados, nerviosos. Y Gerardo caminando por nuestros pasillos, saludando, observando todo con sus ojos inquietos y curiosos, recibiendo abrazos de admiradores, de personas que le agradecían los años de sacrificio. Y Adriana, desbordada de felicidad junto al hombre de su vida,  no deja de mirarlo, y sonreír, y escucharlo, como dispuesta a no perderse ni un segundo más de sus palabras, de su presencia. 

Gerardo respondió preguntas (rodeado de periodistas no podía ser de otra manera), contó anécdotas, narró historias, ofreció detalles,  hizo bromas, se emocionó y, por un segundo, todos observamos cómo se guardaba la lágrima que pugnaba por brotar.

Ya no es, para los que tuvimos el privilegio de su compañía esa tarde, el rostro de la foto antigua que encontramos en vallas, pósters, paredes y afiches de una etapa dolorosa que ya nadie quiere volver a recordar. Sencillo, natural, sin imposturas, Gerardo es un Héroe de carne y hueso que ayer  se nos hizo tangible, y tan real como inolvidable.

Gerardo por los pasillos de JR

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Gerardo con algunos de los integrantes de Soy Cuba

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Gerardo dialoga con JR

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Disfrutando de la exposición en su honor…

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¿Adoctrinan a mi hijo en Cuba?


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Hace poco, un artículo de Cubanet empleaba (sin mi autorización claro está) una foto robada de mi perfil de Facebook para ilustrar un artículo sobre el supuesto adoctrinamiento que reciben los niños en las escuelas cubanas.

Les confieso que me molestó muchísimo que usaran una foto de uno de los momentos más hermosos que he vivido como madre para criticar precisamente lo que tan orgullosa me hizo sentir. Pero bueno, el robo de la información, las imágenes y demás es algo con lo que estamos obligados a convivir en la era digital, más aún cuando no puedo siquiera ponerles una demanda por no tener la decencia de solicitar autorización para usar la foto de un menor de edad (¡De mi hijo!) en un artículo político. ¿Con qué moral pueden hablar entonces ellos de derechos si violan los más elementales?

Más allá de esa cuestión, me gustaría expresar lo que pienso respecto a ese controvertido y polémico tema sobre si se adoctrina o no a los niños en Cuba. Y lo haré desde la experiencia personal. Seguir leyendo ¿Adoctrinan a mi hijo en Cuba?

Cinco necios


 

Foto: Ladyrene Pérez/Cubadebate
Foto: Ladyrene Pérez/Cubadebate

El concierto número 62 de Silvio, que marcaba el cierre de su intensa y larga gira por los barrios, no podía pedir mejor colofón que contar con la presencia de unos hombres que escribieron la Historia con su hazaña de resistencia. 

Desde casi el mismo comienzo, ya se podía adivinar que Silvio tendría que cantar El Necio, una canción que parecía hecha para ellos, que se convirtió en una suerte de himno, un canto a la dignidad de cinco hombres que se negaron a arrodillarse incluso bajo las más duras presiones.

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#Volvieron y mi casa ya está completa (+Fotos y Video)


Ayer lloré de alegría nuevamente frente al televisor, igual que derramé mis lágrimas el día que vi descender del avión a inicios de este año a Fernando y un tiempo antes a René. Pero esta ocasión fue incluso mejor, pues la alegría estaba triplicada, con la gratificante sensación de que la Patria finalmente está completa, que ya no sufre la ausencia de tres de sus hijos amados.

Anoche me fui a dormir con la felicidad de saberlos en casa rodeados por sus seres queridos, de haber cerrado un capítulo extenso de lucha que culminó en victoria, con la certeza de que Fidel, una vez más, tuvo razón, que sus palabras fueron más que sentencia, visión de futuro.

Agradezco al infinito esa imagen del abrazo de Raúl y escucharle el reconocimiento por la entereza demostrada; luego el emocionado agradecimiento de un Gerardo que se confiesa sin palabras, así como la disposición suya y de sus hermanos para asumir las tareas que la Patria les encomiende en lo adelante son la prueba de su estatura de gigantes, de su dimensión como revolucionarios.

Cierro los ojos y sigo viendo la sonrisa inmensa de Tonito mientras corre, literalmente, a abrazar a su padre, y resuena detrás el grito feliz de Maruchi «¡Te lo dije, te lo dije, mi hermano!», y Mirtha que se queda de pie en la puerta, como si le costara creer tanta dicha, y no sabe qué hacer con la cartera, que termina arrojando al suelo para tener los brazos disponibles para el abrazo, pero no se decide aún a caminar al encuentro del hijo, no atina a nada así que se queda de pie, disfrutando la escena de la familia finalmente reunida, hasta que es Tony quien despacio, como si temiera romper su fragilidad, la abraza con la ternura acumulada en tantos años de espera, y la besa, y con la mirada le asegura que es cierto, que esta vez no habrá despedidas, que ya puede olvidar los temores porque ha llegado para quedarse a cuidar su vejez.

Vuelvo a ver a Ramón fundido en su interminable beso-no-apto-para-menores con Elizabeth, abrazando a sus hijas,  sintiendo de pronto cómo desaparecen los dolores de las rodillas.

Y la dicha se agiganta hasta el infinito cuando Adriana y Gerardo se miran a los ojos, reconociendo en la mirada a esa alma gemela de tantos desvelos y lealtades, y se acarician mutuamente las mejillas, como quien no acaba de creer en su dicha, reconociendo el rostro amado tras 16 años de distancia, descubriendo las marcas que el tiempo dejó, para culminar al fin con el puro y tierno beso en la frente amada de «su reina», como él la suele llamar.

El recibimiento en los barrios, los abrazos postergados a los vecinos que quizás los vieron crecer, el saludo a los viejos los amigos de travesuras, el descubrimiento de los niños que han nacido en su ausencia, la anciana vestida de blanco que llega con su bastón y cargada de collares para regalarle todo su aché al «chino», la multitud coreando el nombre de Gerardo, que no tiene palabras para expresar lo que siente a pesar de haber soñado muchos años con ese momento.

Y finalmente la grata sorpresa del embarazo de Adriana, la mano protectora de Gerardo sobre el abultado vientre donde palpita la vida del hijo largamente soñado, la alegría de poder estar junto a ella cuando llegue el momento del supremo dolor que antecede a la dicha inmensa de ser padres. Ya los sueño decorando la habitación con los dibujos que Gerardo pintará para su retoño, y quizás haga una versión más colorida y grande de su «Carta a mis hijos que están por nacer» (Puede leerla en el libro El dulce abismo) para colgarla en una pared…para explicarles en el futuro «por qué su papá no es tan joven como muchos de los padres de
sus amiguitos, y conozcan de los años en que papi y mami tuvieron que vivir separados a pesar de quererse mucho.»

Después de muchos años de espera, finalmente puede Cuba deleitarse con las imágenes que algunos temieron que no verían…pero a mi, las que más me han gustado han sido estas:

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Las fotos fueron tomadas por el Estudio Revolución en el día de ayer, para verlas en tamaño grande basta con hacer clic:

Mi hijo, mi maestro


Alejandrito y yo
Alejandrito y yo

Estoy de regreso…

No hay nada peor que tener un hijo enfermo. Pregúntenme a mí que acabo de incorporarme a trabajar tras haber pasado un mes completo con Alejandrito en casa.

Claro, el asunto no era excesivamente alarmante: su vida nunca corrió peligro ni la salud se le resquebrajó demasiado. Tenía apenas una enfermedad común infantil: tiña del cuero cabelludo. Internet y «Doctor Google» me ayudaron a diagnosticar la lesión de Ale incluso antes de que la dermatóloga lo hiciera. Por supuesto, no considero el autodiagnóstico online ni remotamente seguro o irrebatible, pero al menos esta vez fue acertadísimo. Seguir leyendo Mi hijo, mi maestro