Fue declarado en las primeras décadas del siglo XX como Baile Nacional de Cuba. Engendrado por Miguel Faílde, había nacido en la Matanzas de 1879 para convertirse en todo un éxito, se adueñó de los salones de fiesta de su época con rapidez.
Muchas décadas han transcurrido desde entonces. Olvidado por los bailadores y despreciado como entidad demasiado vetusta hasta por los propios músicos, que andan casi siempre deslumbrados con los nuevos y modernos ritmos; permanece aquel que fuera el más alabado y querido de los géneros musicales de esta Isla.
No llegan quizá a la docena las agrupaciones que lo interpretan en la actualidad, y la mayoría se compone de adultos. Ya nadie piensa el danzón como música para jóvenes, pues ellos mismos no se identifican con su estilo, al cual no dudan en calificar como obsoleto, aburrido, «cosa de viejos».
¿Será acaso que está condenado a desaparecer el danzón, aplastado a muerte por la discoteca, la tecno, el house, la timba y el reguetón? Para responder a esta interrogante, conversé con Ethiel Fernández Faílde, un joven matancero de 22 años que, haciendo honor a su ilustre apellido, más por capricho y pasión que por compromisos familiares, dirige en la actualidad la Orquesta Miguel Faílde, con el objetivo de rescatar y hacer contemporáneo este género creado por su tatarabuelo.
—¿Quiénes componen la orquesta?
—Somos 15 músicos, la mayoría estudiantes de nivel medio del Instituto Superior de Arte (ISA) y algunos ya egresados. El promedio de edad ronda los 20 años. Nos estrenamos como agrupación el 26 de noviembre de 2009 y desde el 14 de abril de 2012 se aprobó nuestro ingreso al sector profesional. Seguir leyendo Bailar danzón: ¿cosa de viejos? (+ escuchar un danzón)