El viejo cuento de «promover la democracia» desinteresadamente

Los trabajadores que quedan disponibles en Cuba debido al proceso de reordenamiento laboral serán un puñado en comparación con los que quedarían en la calle si por cuestiones de ciencia ficción (porque no veo otro modo posible para su realización a estas alturas del partido) la política intrusista y hegemónica de Estados Unidos hacia Cuba cambiaran.

La oposición es un negocio, la USAID (Agencia de Desarrollo Internacional de los Estados Unidos, las siglas están en inglés) es un negocio, Radio y TV   Marti son negocios (con pérdidas, pero bueno…). A la mafia miamiense no le conviene que se les acabe la pinchita de venir a poner bombitas en los hoteles o los aviones, que hay par de ellos que tienen ese perfil, aunque ya hace rato que están en edad de retiro y ya están clamando por sus cheques por los años de servicio.

Para quienes prefieren hacerse los de la vista deficiente aquí van algunos datos: entre los años 1996 y 1998, la USAID aportó 83 millones de dólares “para apuntalar los derechos humanos y alentar un cambio democrático en la isla comunista”, pero con el Plan Bush estas cifras ascendieron vertiginosamente.

Según la USAID, desde julio de 2007 y hasta inicios del 2009 unas 25 organizaciones no gubernamentales y universidades norteamericanas recibieron más de 100 millones de dólares para llevar a cabo y apoyar la “transición democrática” en Cuba bajo el mando estadounidense. (recalco: dice mando estadounidense, no mando cubano, o sea, que siguen empeñados en meter las garras en Cuba).

En un reportaje de investigación realizado por el periodista Tracey Eaton, ex corresponsal de un diario de Texas en La Habana, se explica que Estados Unidos  desde 2007 ha destinado 94 millones de dólares de los impuestos de los contribuyentes para fomentar la subversión contra el gobierno de la Isla, entregando dinero a los mercenarios, tanto en Cuba como Miami. Eaton confirma que el coste de los programas subversivos de la  se dispararon después de la enfermedad del Comandante Fidel Castro en 2006, llegando a una cifra récord de 45 millones en 2008.

La USAID se ocupa de financiar proyectos ilícitos de “cooperación” sin autorización del gobierno cubano (y eso que según afirma Yocandra una de mis foristas, el gobierno norteamericano no tiene entre sus preocupaciones el promover campañas contra el Estado Socialista Cubano).

Este presupuesto destina 6 millones en programas para potenciar “la libertad de expresión” a jóvenes entre 12 y 24 años, otros 6 millones de dólares para ampliar el uso de Internet como el nacimiento de nuevas páginas o blogs con el objetivo de crear información contrarrevolucionaria o incentivar la difusión de medios anticastristas como Radio y TV Martí, y los restantes 9 millones se dirigen para apoyar, ocultamente, asociaciones civiles y religiosas que trabajen conjuntamente con la SINA para desestabilizar la sociedad cubana y formar nuevos líderes anticomunistas.

Y todo esto lo hacen desinteresadamente los norteamericanos porque se preocupan mucho por el bienestar del pueblo cubano. Tanto se preocupan que aunque conocen de la asfixia a la que someten a ese mismo pueblo con su genocida bloqueo económico y financiero, lo mantienen y lo refuerzan con la esperanza de que el sistema socialista fracase y así justificar  nuevamente un asesoramiento a una transición, que no sería otra cosa que una nueva ocupación, como las que se vivieron tantas veces durante el período neocolonial (1902-1959). Para los que no saben Historia de Cuba, les recomiendo consultar lo sucedido en aquella época toda vez que los gobiernos entreguistas sentían que se les iba la situación de las manos y mandaban a pedir refuerzos a sus amiguitos americanos).

La política de la fruta madura no ha caducado, los sucesivos gobiernos imperiales continúan esperando con las garras listas, a que por su propio peso la Isla se desplace (en el mapa político)  hacia ellos. Han tratado de inyectarle algunos productos a ver si aceleran la maduración, pero la fruta se ha comportado en ese sentido bastante caprichosa y a pesar de los esfuerzos se resiste a caer y se aferra al árbol con su color verde y rojo (para aclarar las tonalidades, verde-olivo y rojo-comunista).

Ellos probablemente no van a perder las esperanzas, y nosotros tampoco maduraremos como ellos desean…en cualquier caso, será maduración para más y mejor Socialismo, que nadie tiene la fórmula para construirlo, sino que se aprende sobre la marcha, con errores  pero también con la capacidad de rectificarlos y continuar trabajando para alcanzar la sociedad justa con la que soñamos.