A mí me gusta…


Atardecer en la Ciénaga de Zapata
Disfrutando de un atardecer en la Ciénaga de Zapata

Me gusta el olor de la lluvia, es mi olor favorito en todo el planeta. No se compara, aunque están en competencia, con el olor del pan recién horneado y el de la cabeza de Alejandrito cuando acababa de nacer (es un olor curioso e inolvidable, probablemente toda madre dirá lo mismo).

Mi color favorito es el azul, pero no cualquier azul, sino el azul del cielo cubano (he leído y escuchado que en otros lugares no tiene exactamente el mismo tono) cuando el día es infinito al mirar hacia arriba. No lo uso sin embargo para vestir, creo que no me beneficia tanto. Sin embargo me encanta vestir de blanco porque me hace sentir limpia, pura por dentro y por fuera. Vestida de blanco me siento buena, inocente y pura como niña pequeña.

Mi flor favorita, aunque no puedo sustraerme a los encantos de las rosas, seguirá siendo por los siglos de los siglos la mariposa…no solo porque me seduce su maravilloso olor, sino porque es blanca!! Y no necesita la complejidad de la rosa para ser perfecta así, desde su sencillez.

Me gusta cantar, aunque desafine. A veces canto en la ducha (bajito) aunque me parece ridículo y me da un poco de pena con los que estén en la casa, por lo mismo no canto en karaokes, para no castigar a las personas con mis incapacidades vocales (y porque sufro de un incurable miedo escénico), prefiero cantar en casa, en soledad, solo porque así siento la música, que viene a ser casi siempre una extensión de mi alma cuando encuentro la que «compromete mi pensar» como dice Pablo Milanés. Ahí si que canto a todo pulmón, como se dice…por suerte nunca los vecinos han hecho comentarios.

Me gusta bañarme en los aguaceros, aunque con los años me he puesto demasiado seria como para permitírmelo por aquello de cuidar los zapatos, la ropa (jamás la salud, un aguacero es incapaz de provocarme un catarro, ni siquiera un simple resfrío) o solo porque tengo que llegar seca a algún lugar. No hay nada más lindo que correr debajo de un aguacero junto a alguien que nos importa y disfrutarlo, reír como niños, terminar empapados y no protestar como adultos quejones.

Me gusta el mar…pero no recuerdo haber sentido jamás el olor a sal que tanto describen las personas, quizás porque de vivir cerca del mar he dejado de notarlo, no lo sé a ciencia cierta. Me gusta cuando está en calma, como un plato de aceite…quizás me gustarían más los lagos, si existiese alguno cerca como para conocerlo.

Me gusta el amanecer observado desde un punto específico de la bahía de mi ciudad, casi cerca del agua, le llaman la Playa de los Judíos. Cuando voy tempranito al trabajo a veces sorprendo al sol asomándose, y me dan ganas enormes de ser dueña de una camarita fotográfica para poder capturar el instante. Los atardeceres en cambio me ponen nostálgica a medida que los amarillos se tornan en rosa y luego en azules…el mejor pintor está definitivamente en el cielo, solo que no creo que se llame Dios porque soy atea, demasiado atea.

Tengo una estrella preferida, justo en el medio del cinturón de la constelación de Orión, la bauticé hace años con un nombre secreto porque nunca me ha interesado conocer su verdadero nombre.

Me gustan los perros cuando son cachorros, y aquellos que aún de grande siguen pareciéndolo. Mis favoritos sin embargo son los husky siberianos, que de cachorros no tienen nada, pero no se les puede negar el porte y presencia…

Me gusta hacer lo que denomino «turismo de ciudad» salir a recorrer ciudades que no conozco y descubrirla sin ayuda de guías, sin que nadie me vicie con sus opiniones sobre lo que es o no relevante. Me gusta la arquitectura de las iglesias y algunos edificios antiguos…ya no los hacen así acá, es una pena.

Me gusta conversar con los ancianos, y conocer detalles de épocas en las que no viví.

Me gusta la gente sincera, la de risa fácil, la que te mira a los ojos cuando habla, la que no tiene miedo de ser como es o lo que es.

Me gusta mucho leer, pero nunca consigo terminar un libro sin haberme leído el final antes, siempre me propongo firmemente resistir la tentación, pero nunca lo logro, simplemente soy demasiado desesperada por saber lo que va a pasar (supongo que así soy para todo, la vida en general…la impaciencia es una de mis características).

Me gusta el chocolate más que casi cualquier otra cosa comestible. Cambio mi pedazo de carne por el primero que me ofrezca un huevo frito (a no ser que la carne sea pollo, y entonces de nada valdría el cambio, es el mismo ADN)

Me gusta cuando mi hijo me mira, puedo ver el brillo en sus ojos y su sonrisa…pero prefiero mirarlo mientras duerme, en medio de la paz más absoluta, cuando no hay llantos, o peticiones, o sonrisas, solo paz. Pero en las mañanas, cuando despierta y salta de la cama a mis brazos, la sensación es otra, bien distinta. En ese momento lo cambio de ropa y cuando está desnudito lo cargo y siento su cuerpo de hombrecito tan grande, tan crecido y tan distinto a aquel que me entregaron en el Hospital cuando di a luz…y es orgullo lo que me rompe el alma a pedazos entonces.

Me gusta estar sola en la casa, sin abrir ventanas, sin dejar entrar la luz, ese espacio de semipenumbra se transforma en mi rincón para pensar, para sentirme libre a puertas cerradas. Claro, siempre llega mi mamá con sus calores menopáusicos abriendo ventanas y balcones y me arruina la diversión.

Me gustan las duchas tibias (casi frías) en las mañanas, dormir desnuda y soñar que vuelo.

Me gusta ver cantar a los niños, me emociona hasta hacerme llorar. Me gusta acostarme sobre el suelo del balcón en la noche y mirar las estrellas, sin intentar contarlas ni tratar de buscarles forma…eso último solo lo hago con las nubes, en la misma posición.

Me gusta coincidir con alguien querido, por pura casualidad, en algún lugar inesperado, justo cuando pensaba que me iba a aburrir sola.

Me gusta encontrar dinero olvidado en algún bolsillo de la ropa que usé hace tiempo.

Me gusta encontrar el regalo perfecto para las personas que quiero y quisiera algún día que me gustara también recibir regalos.

9 comentarios en “A mí me gusta…”

  1. y a mi me gustan tus gustos, pero sobre todo tus ojos, tanto en la fotos que pones, como en vivo, me gusta mucho la carga sentimental que llevas en ellos…

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      1. hace par de semanas, en Neptuno, tratabas de parar una maquina que te llevara, pero no conocías que en el tramo de cuadra entre Prado y la carnicería de Los Fornos no puede pararse para recoger ningun carro… hasta que no bajastes una cuadra no pudistes montarte…

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        1. Wow!! qué nivel de detalle!! de todos modos sigo sin saber quien eres, y lamentablemente no fijé el rostro de la amable persona que me indicó el lugar correcto para coger el taxi…eras tú??

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