Gracias por todo, Mamá



Sentada en un sillón, vestida de domingo y a la espera, aún recuerda vivamente aquella lejana mañana en que el médico le confirmó la noticia. No sabía si reír o llorar de la emoción, así que alternó ambas, mientras abrazaba feliz a su pareja.

Las náuseas, la tremenda fatiga, la inflamación en las piernas y molestias ante su aumento de peso… todo lo soportó con alegría y la espera se le antojó incluso corta entre consultas de genética y ginecología, la compra de aquella ropita diminuta que tanto la hacía soñar y todos los preparativos a que se abocó para recibir al nuevo miembro de la familia, amado y deseado incluso antes de que existiese.

Nueve meses más tarde, en el hospital, al dolor intenso de unas pocas horas siguió la felicidad más absoluta. Descubrió otro tipo de amor contemplando extasiada a aquel frágil ser, mientras dormitaba con placidez en su cuna luego de que ella lo alimentara con la ternura infinita que creció en su alma. Seguir leyendo Gracias por todo, Mamá