América Latina ha perdido a uno de sus hijos más queridos. Cuba despide a un hermano. Venezuela llora a un padre.
El Comandante Presidente Hugo Rafael Chávez Frías ya no se encuentra físicamente junto a nosotros. La noticia conmueve, golpea, sacude…, y los hombres dignos de este mundo sienten como el corazón se les oprime de tristeza.
Pocas veces la Historia nos regala la oportunidad de compartir en el tiempo con un ser humano de la talla excepcional del líder de la Revolución Bolivariana. Y todos los que supimos apreciar en su total magnitud la grandeza de este hombre, nos sentimos honrados por eso.
La integración de Nuestra América fue bandera que Chávez retomó. Fue uno de los protagonistas de los cambios fundamentales en la región del Sur. Puso un gran empeño en la reunificación de esta gran Patria como lo quería el Libertador Simón Bolívar.
Impulsó la Unasur, nacida en 2007, con el objetivo de que las naciones de América del Sur construyeran una identidad propia y trabajasen armoniosamente en proyectos que promovieran el desarrollo del área.
Fue asimismo fundador de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA) y la Comunidad de Estados Latinoamericanos (CELAC). Dedicó su vida a ello y a luchar por los pobres, que lo amaron agradecidos.
Aquella frase suya “Tenemos Patria”, trasciende como su principal legado, porque devolvió la dignidad a su país y le toca ahora a sus compatriotas continuar el tránsito por el camino que dejó trazado.
Alí Primera, cantautor venezolano lo dijo hace muchos años “Los que mueren por la vida no pueden llamarse muertos”, y tenía razón. Chávez está hoy más vivo que nunca pues ha alcanzado la inmortalidad. Sus ideas y el ejemplo de inmenso humanismo en que se trastocó su vida no se perderán en el olvido.
Una frase corre de boca en boca en la Patria Bolivariana y se extiende por el mundo cobrando cada vez más fuerzas “Presidente de los pobres, en medio del dolor te juramos tus hijos, padre Hugo que hoy, ¡Todos somos Chávez!”.
Desde Cuba te cuento 