Una de mis razones para ser madre

Cuando descubrí que iba a ser madre a los 22 años de edad, muchas personas me tildaron de loca. Imagínense, aún no había acabado mi carrera y mis relaciones con el padre del niño eran, bueno, digamos que «diplomáticas», pero se sabía que aquello no iba a ser hueso viejo y hasta el gato sabía que eventualmente me iba a quedar de madre soltera cargando con el mundo encima.

Aún así persistí en mi empeño de continuar adelante con mi «capricho», sin importar que mis amistades me advirtieran que no volvería a ver la calle de noche «ni en fotos», que me iba a perder de un montón de fiestas, que iba a derrochar mi juventud, bla bla bla.

No ha sido fácil, lo reconozco, pero jamás me ha pesado. Y hoy es uno de esos días en que me detengo de pronto en medio de mi ajetreo y me doy cuenta de que la felicidad de la vida se encuentra en esos pequeños momentos cotidianos que a veces no valoramos o damos por sentado.

Así, mientras ayudaba a mi hijo a hacer su tarea escolar, me percaté de que debía disfrutar al máximo aquel instante, en lugar de aburrirme mientras aplicaba pegamento a los diminutos pedacitos de papel que mi hijo rasgaba con la técnica que le enseñó la maestra (rasgado de pellizco se llama, para fortalecer la punta de sus deditos y prepararlo para cuando deba sujetar el lápiz).

Cada pedacito de papel (deben de haber sido como 70) chiquiticos y difíciles de manipular, luego Ale los fue pegando dentro de un círculo marcado a lápiz por la maestra, «rellenar la figura» era la orden del ejercicio…uffff, que extenso…Pero Ale lo hizo con un gusto que me contagió de inmediato. Creo que se sentía orgulloso de mostrarme lo que ha aprendido en la escuela, ya me lo ha dicho en varias ocasiones esta semana «me gusta mucho la escuela, mami» y yo entiendo las razones ahora, que lo veo disfrutar lo que hace en lugar de tomarlo como una tarea tediosa.

Y así, terminamos de hacer todos los ejercicios indicados, uno de ellos incluía dibujar a mamá jajajajajaja cuando vean lo que pintó se van a caer de la risa…

Existen miles de razones para ser madre…y hoy recién descubrí una más: divertirme con Ale haciendo sus deberes escolares, verlo demostrar sus conocimientos y sentir como se me inflama el pecho de orgullo al comprobar cuánto ha crecido; y saber que estoy formando a un ser humano maravillosamente feliz, inocente hasta la médula, divino en su naturalidad para existir a mi lado y darme vida él. ¡¡ Qué paradoja…mientras yo pensaba que era quien le había dado la vida, resulta que es al revés!!