El misterio del ramo de flores


Esta son fresquitas, de esta mañana…atrás se ve la Playa El Tenis.

Durante meses resistí la curiosidad, pero un día no aguanté más y pudo entonces mi instinto indagador despojarse de ataduras para averiguar todos los detalles posibles sobre el objeto de la intriga.

Cada día, al ir o regresar de mi trabajo, debo atravesar el puente de la playa El Tenis*. La playa ha sido muy alabada por quienes visitan mi ciudad de Matanzas y no es para menos: el puente rodeando la entrada de la playita crea un bonito efecto, le da cierto toque distintivo que la diferencia de las demás existentes en la zona. Yo nunca la he preferido, siempre se llena de personas, las algas marinas muertas terminan en invierno recalando en sus arenas y el olor se vuelve insoportable. Además, una vez me bañé allí y con horror constaté que en el fondo habían plantas acuáticas que me cosquilleaban los pies…nunca más volví, prefiero la arena limpia o, como mucho, alguna que otra piedra siempre y cuando no tenga demasiados erizos con los cuales hincarme.

Pero esta vez no se trataba de la playa, no. Llamaba mi atención un ramo de flores colocado en el césped que divide las sendas opuestas del tráfico del puente, justo un poco después de la curva. Todos los días el ramo aparece en el mismo lugar, a veces lo notaba medio mustio, casi marchito, otras recién cortadas las flores, frescas, acabadas de poner en el lugar por manos desconocidas.

La conclusión más sencilla es casi siempre la acertada: alguien falleció en el lugar y algún pariente, probablemente padre o madre, honraba la memoria del difunto de ese modo. Sin embargo, nada más sabía, salvo el lugar del hecho. Fue así que me dediqué a preguntarle a los choferes con quienes viajaba cada vez que atravesaba el puente, si conocían algo sobre el misterioso ramo de flores, o sobre el accidente que allí ocurrió.

Las versiones difieren en detalles como la fecha, pero coinciden en los involucrados. Mientras unos aseguran que ocurrió hace menos de dos meses, alguien sitúa el trágico momento unos ocho meses atrás. Todos afirman que un motor fue el vehículo que llevó a sus ocupantes a la muerte y alguien afirmó incluso que uno de los fallecidos tenía 17 años.

Mi jefe me contó además que pasó por el lugar una mañana y encontró la escena acordonada por la policía, allí estaba la guagua de trabajadores de CUPET  y muy cerca, desparramado apenas a unos metros de distacia, un motor del cual no pudo especificar detalles. Aparentemente todo sucedió en la madrugada y hubo alcohol involucrado. Dos jóvenes, según cuentan, salieron del Servicentro de Peñas Altas luego de una noche de juerga y perdieron el control de la moto, que terminó siendo impactada por la guagua que se dirigía tempranito a hacer su recorrido para recoger a los trabajadores de CUPET.

El chofer de la moto perdió la vida al instante. Me cuenta Idalmis,  una colega de la oficina, que el otro motorista llegó vivo al hospital, los médicos no contaban con él, pero tras algunos meses comenzó a recuperarse. Cuando ya creían que se salvaría, de repente empezó a empeorar y murió también. Ella afirma conocer a la hermana del muchacho, pues fue compañera suya de aula en el preuniversitario. También me comentó que es el padre de la víctima quien deja las flores puntualmente.

No cuento estas cosas por el morbo, ni por curiosear en el dolor ajeno. Tengo mis razones… En el mismo lugar, por estas fechas (en abril, mayo… no recuerdo bien) pero 10 años atrás, falleció, también en una moto, impactando contra una guagua, Albertico, a quien siempre llamé tío aunque era primo hermano de mi papá. Para colmo de males, la moto involucrada era de mi papá y mi tío también iba bebido. Mi papá se culpó mucho por todo lo que pasó, por prestarle la moto.

¿Es, quizás, casualidad que en el mismo lugar, con diferencia de 10 años, ocurra un accidente similar: moto contra guagua, alcohol de por medio? No lo sé, pero si me duele que siga ocurriendo, y que vidas continúen perdiéndose por irresponsabilidad. Soy madre, sufro con cada rasguño de Alejandrito y pienso en las tantas madres que a diario pierden a los frutos de su vientre bajo las ruedas de algún irresponsable. Pienso también en las familias de esos que descuidan el timón, de los que conducen en estado de embriaguez, en aquellos que quedamos sufriendo por los errores de otros. Los que no están, ya no sufren. Nosotros, los sobrevivientes pagamos con lágrimas.

No sé al final si escribí para contarles el misterio del ramo de flores, o sobre el dolor que aún siento por mi tío Albertico, o para decirles lo peligroso que es mezclar alcohol y timón…quizás escribí por las tres cosas. Ojalá el mensaje les haya llegado.

*La Playa El Tenis, para quienes no conocen, debe su nombre a que, antes del triunfo de la Revolución, se encontraba en su cercanía el Tenis Club.

Acá les dejo algunas fotos del lugar…

http://mw2.google.com/mw-panoramio/photos/medium/11639642.jpg

http://www.tvyumuri.icrt.cu/tvimages/tvyumuri/especiales/MATAN002.jpg

http://4.bp.blogspot.com/-TCArsrPx5T8/TgzMG4hTchI/AAAAAAAAAE8/j4KLymwJRnY/s1600/Playa+el+Tennis.jpg

4 comentarios en “El misterio del ramo de flores”

  1. Paso por el lugar cada tarde, de regreso del trabajo. Un puente que bordea una playita sucia y pestilente en el corazón de mi ciudad. Una playa de fondo turbio y olores fuertes, pero en fin de cuentas un pedazo de mar con sus azules y sus verdes, una belleza para el que no sabe que en realidad es un deposito de algas podridas.
    Cada tarde, en esos breves segundos que la guagua cruza el puente, yo miro el mar y después mis ojos se clavan en el ramo de flores. El ramo de flores a la orilla del camino. Siempre. A veces fresco, otras veces seco, marchito, pero constante las flores a la orilla de la carretera.
    Nunca pregunté, siempre asumí que era por una muerte violenta y accidental. Uno de esos eventos malditos e inesperado de la vida que dejan a unos muertos y a otros poniendo flores, también muertos, convertidos en zombies por la desgracia. Triste. Ayer, al fin, indagué para tener la certeza y los detalles.
    Nadie supo narrarme con exactitud. Dicen que fue una moto que se impacto contra una guagua. Eran dos amigos, jóvenes y borrachos, en plena madrugada. El alcohol y la velocidad son un coctel fatal. Uno murió en el lugar. El otro en el hospital, falleció justo cuando todos confiaban en su mejoría. Un suceso extraño, como que se decidió por la muerte. Dicen que el padre del que expiró en el puente es el que mantiene las flores. Dicen…
    La historia me recordó nuestra propia desgracia, la muerte de mi tío en la moto de mi padre. Mi padre tambien pone flores, pero no en la carretera, el pone las flores bien adentro, en un lugar bien oscuro y callado de su alma. Unos días las flores estan frescas, otras marchitas, pero constantes, ahí siempre están. Y yo también veo esas flores en la orilla de la culpa y el recuerdo. Cuando mi padre habla de su hermano, de la moto que nunca debió prestar, del alcohol y la responsabilidad.
    Llegue a la casa, le di un beso grande a mi hijo y llame a mi padre por teléfono.

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      1. Nunca se que decir ante cosas asi como esta, donde me dices que tu padre murio. Es que todas las frases ya hechas (mi mas sentido pesame, te acompaño en el sentimiento) me parecen vacias y que no le hacen justicia a como de verdad me siento y a como de verdad se me estrujó el corazon cuando leí que no puedes llamar a tu papá, que ya no esta, y que yo imbecilmente te traje su recuerdo hoy. Con la mejor de las intenciones, te lo juro.
        Un beso y una abrazo. Y hoy no discuto contigo ni un poquitico.

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        1. Tranquila, Mercedes, sé que te sientes apenada pero no quiero que te atormentes demasiado, no podías saberlo. Mi papá falleció cuando yo tenía 19…en octubre harán 9 años, con el tiempo he aprendido a llevarlo mejor, soy fuerte en ese sentido pero te confieso que lo necesito y extraño cada día de mi vida. El padre es fundamental en la vida del ser humano y yo adoré al mío..el 4 de julio pasado hubiera cumplido 58 años, murió muy joven, tenía apenas 49 años recién cumplidos.
          Voy a publicar hoy un post que escribí hace dos años para el día de los padres…

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