La Libertad de Prensa en Cuba: Entre mitos y realidades

En 1993 la Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU) , a iniciativa de los países miembros de la UNESCO, proclamó el 3 de mayo como Día Mundial de la Libertad de Prensa.

El principal objetivo se definió como propiciar el fomento de “la libertad de prensa en el mundo, al reconocer que una prensa libre, pluralista e independiente es un componente esencial de toda sociedad democrática».

Cada año la UNESCO conmemora la fecha, rindiendo así tributo a los profesionales de los medios de comunicación masiva que  alrededor del mundo ponen en peligro sus vidas en el esfuerzo de informar a sus sociedades y de promover el libre flujo de la información.

DEFINIENDO LIBERTADES
Dentro de toda la manipulación que se hace sobre el sistema social cubano, desde hace muchos años se intenta introducir el tema de la inexistencia de la libertad de prensa en la Isla.

Los que intentan atacar a la Revolución basándose en supuestas violaciones a los derechos humanos, también tratan de convencer al mundo de que, el hecho de que los medios de comunicación pertenezcan al Estado y no existan privados, resulta evidencia de ello.

Sin embargo, la propia Constitución de la República refrenda en su artículo 53 que “se reconoce a los ciudadanos libertad de palabra y prensa conforme a los fines de la sociedad socialista. Las condiciones materiales para su ejercicio están dadas por el hecho de que la prensa, la radio, la televisión, el cine y otros medios de difusión masiva son de propiedad estatal o social y no pueden ser objeto, en ningún caso, de propiedad privada, lo que asegura su uso al servicio exclusivo del pueblo trabajador y del interés de la sociedad. La ley regula el ejercicio de estas libertades.”

Sin embargo, la prensa capitalista no funciona de igual modo. Comenta Hélio Doyle, periodista y profesor de la Facultad de Comunicación de la Universidad de Brasilia, en su artículo El mito de la libertad de prensa en el capitalismo “la propiedad privada de los medios de comunicación masiva en las sociedades capitalistas es contradictoria con la función social atribuida a ellos. La función es social, pero la propiedad no. Como la propiedad es privada, la sociedad – o sea, la mayoría de la población – no tiene control sobre los medios de comunicación, teóricamente un bien público. Y como el Estado en las sociedades de economía de mercado representa los intereses del capital privado, raramente son establecidos mecanismos que permitan un efectivo control social sobre los medios de comunicación.”

CUBA, UN CASO ESPECIAL
Continúa más adelante el investigador “He aquí un mito con el cual convivimos: el de que la democracia capitalista permite una completa y total libertad de prensa. Y que en Cuba, el único país socialista de nuestro continente, esa libertad simplemente no existe.

“No es verdad. Si dejamos de lado la desinformación, los análisis capciosos y la hipocresía – elementos tan presentes en la prensa brasileña – constatamos que la libertad de prensa, ya sea en países capitalistas o socialistas, nunca es total y absoluta, (…) como las demás libertades civiles y políticas, es limitada por la defensa del sistema económico y social en que el país vive.”

Agrega más adelante que “en países que no están en guerra, que no sufren amenazas y bloqueos económicos, no son hostilizados por otras naciones y no son víctimas de acciones terroristas, puede hasta haber un nivel mayor de democracia y libertad de prensa. Pero, sin ilusiones: esa democracia y esa libertad de prensa son limitadas y existirán mientras que el sistema económico, social y político no estén amenazados.”

No puede la prensa cubana creerse perfecta, ya lo señaló en varias ocasiones el presidente Raúl Castro. Los Objetivos de la Conferencia del Partido resultarán ahora brújula fundamental para hacerla más oportuna, objetiva, sistemática e investigativa.