Eliécer Ávila ¿guajiro natural? (+video)

Hace un par de años (quizás más, mi memoria es imprecisa con estas fechas), un video circuló de mano en mano, casi siempre guardado en memorias USB. Se trataba de un encuentro sostenido por el presidente de la Asamblea Naciona,l Ricardo Alarcón de Quesada, con estudiantes y profesores de la Universidad de Ciencias Informáticas (UCI) en la cual varias intervenciones promovieron aplausos y opiniones, tanto de los asistentes al encuentro como de quienes observaron el video.

La última intervención (y la más extensa, si la memoria no me falla), fue la de Eliécer Ávila, que también recuerdo se llevó la mayor cuota de aplausos por parte del auditorio. Recuerdo que hacía alusión en aquel entonces el muchacho a la imposibilidad de viajar para el cubano promedio, y otras cuestiones que, para no abusar de la memoria, no voy a tratar de recordar a la fuerza. Así que les dejo aquí el debate completo:

La pista del muchacho se desvaneció un poco más tarde, y yo, como muchos, olvidamos hasta su nombre. Pero hace ya algún tiempo ha vuelto a salir a escena el guajirito de Las Tunas, pero esta vez desde una posición más contestataria, rayando en lo que consideraríamos disidente en Cuba.

Algunos comentaristas de mi blog han hecho alusión a él, y me han instado a que escriba al respecto, más interesados (creo yo) en tener un nuevo asunto sobre el cual hacer sus diatribas políticas, que en enterarse de mi posición respecto al tema o lo que tenga que decir sobre el muchacho.

Sin embargo, un amigo italiano a quien ya algunos de mis comentaristas conocen (y al que han atacado con bastante ensañamiento desde este sitio) escribió hace poco un post en su blog Capítulo Cubano titulado «Cyberdisidencia: la historia se repite», donde hace referencia a una publicación hecha por Eliécer en la web  y publicado por Diario de Cuba bajo el título «La maquinaria de la información.»

Explica Vincenzo las contradicciones en que recurre el ingeniero informático al referirse al monopolio de la información mundial pues, mientras por un lado critica o denuncia que los grandes medios internacionales controlan la información que se difunde a las personas y reclama la existencia de medios alternativos que ofrezcan «la otra cara de la moneda», más adelante protesta Eliécer porque los medios cubanos «reflejan los hechos de una forma totalmente distinta a como los refleja todo el mundo».

Y no quiero ahora, por ceguera, dejar de reconocer que Eliécer tiene «labia», como decimos aquí, para convencer al auditorio de lo que plantea, pero se desenmascara solo con las incoherencias que dice, o permite que digan en su nombre. Así, por ejemplo, una noticia de la misma página Diario de Cuba, anuncia bajo el título El castigo de Eliécer que luego de terminar sus estudios ha sido «desterrado» a su pueblo natal en Las Tunas para ejercer su profesión como parte del obligatorio servicio social que todos debemos cumplir.

Obviando lo más ridículo, que es el hecho de que haya tenido que regresar a su pueblo natal «como castigo», cabe cuestionarse cuáles eran las intenciones de este muchachito una vez se graduara…¿acaso pretendía quedarse en la capital? Una de las principales aspiraciones de un profesional debe ser trabajar y contribuir de ese modo al desarrollo de la sociedad. ¿Por qué no hacerlo desde una provincia?

Sin ir más lejos, me pongo como ejemplo: graduada en la Universidad de La Habana, fui ubicada en mi natal Matanzas para ejercer mi carrera y hacer mi servicio social. ¿Acaso me ha dado por llamarlo destierro? ¿Me quejo de un «castigo»? Ah, lo que pasa es que los medios anticubanos tratan de hacer parecer el caso de la ubicación laboral de Eliécer como una represalia por sus presuntos ideales políticos contrarios «al régimen». Pero Eliécer no es un caso aislado, es solo uno más de los miles de estudiantes que regresan a sus pueblos natales para trabajar…de lo contrario ¿cómo se espera que funcionen estos lugares, si todos los profesionales se quedan en las ciudades cabeceras o la capital del país?

Luego de cumplir con su servicio social comenzó a trabajar como cuentapropista, acusa Diario de Cuba en otro artículo «Eliécer Ávila: de ingeniero a vendedor de helados» que «el régimen lo echó a la calle luego de formarlo como profesional». Sin embargo, no existe en Diario de Cuba siquiera un intento de aproximación a la dirección municipal de Trabajo y Seguridad Social en el pueblo de residencia de Eliécer para comprobar la veracidad de que no existan allí plazas disponibles para él, y se da por buena y cierta la versión de que fue «desechado».

Bien es sabido que el cuentapropismo es un modo legal y digno para ganarse la vida con el sudor del trabajo personal, y muchas veces mejor remunerado que los empleos estatales.  No son pocos los profesionales que han optado por encaminar sus pasos hacia esta alternativa…no sería cuestionable que fuera también el caso de Eliécer.

Y no digo que lo sea, solo me gustaría que se tomara en cuenta esta posibilidad antes de asegurar a rajatabla que fue rechazado o que no existe trabajo para un informático…cosa por demás ilógica teniendo en cuenta que las plazas para estudiar carreras universitarias o técnicas se ofrecen a los territorios teniendo en cuenta las necesidades existentes en un plazo de cinco años en el futuro, con miras a suplir a los jubilados de cada sector, los que abandonan por otras razones, las nuevas plazas que surgen en entidades, etc. La informática, además, posee un campo cada vez más amplio…no sé, a mi me suena demasiado raro.

Eliécer afirma ser excluido, critica abiertamente al «gobierno cruel» que le permitió estudiar una ingeniería en Informática siendo hijo de campesinos humildes y que no lo mete a la cárcel por disentir del modo en que lo hace. Mientras más veo quejarse a la llamada «oposición interna» más alocado me parece todo.

En otro lugar, las manifestaciones de las Damas de Blanco serían arrasadas sin piedad con potentes chorros de agua desde los carros cisternas y acribilladas con balas de goma disparadas por la policía antimotines, Yoani Sánchez quizás amanecería muerta en una cuneta por incómoda (como le sucede a tantos periodistas en Honduras y otras naciones), y Eliécer Ávila jamás habría salido del surco paterno y probablemente estaría sembrando yuca sin conocer siquiera la existencia de Twitter.

Los guajiros cubanos, casi por mayoría, se definen como personas nobles, sinceras, humildes y genuinas…pero con Eliécer Ávila el concepto me hace «corte eléctrico», no me cabe en la definición porque no le veo ni  lo auténtico ni lo sincero.  No puede ser sincero cuando es incapaz de reconocer lo positivo mientras se empeña en resaltar lo negativo o cuando exagera lo que dice con tal de lograr mayor efectismo en sus palabras. La autenticidad no la encuentro, porque veo en él el mismo patrón ya seguido por sus antecesores, recursos ampliamente gastados ya por la Yoani Sánchez, Claudia Cadelo y el resto de la fauna disidente.

No vivimos en un mundo perfecto, ciertamente y siempre existirán personas como Eliécer para hacer verdad aquel precepto martiano “el sol quema con la misma luz que alumbra, el sol tiene manchas,los agradecidos ven la luz, los desagradecidos ven la mancha”. Ya sabemos en qué equipo está Eliécer Ávila.